Ejecutan al alcalde de Pisaflores Hidalgo frente a su casa; dos sicarios lo esperaban en la oscuridad

Por Edith Cabrera

La noche cayó tranquila sobre La Estancia, una pequeña comunidad de Pisaflores, en la Sierra Gorda hidalguense. Eran casi las nueve cuando Miguel Bahena Solórzano, presidente municipal del lugar y militante del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), llegó a su casa. No imaginaba que en la penumbra lo aguardaba la muerte.

Apenas bajó de su vehículo y se disponía a entrar al inmueble, dos hombres armados aparecieron entre las sombras. Sin decir palabra, abrieron fuego a quemarropa. Las balas impactaron en el cuerpo del alcalde, que cayó al suelo en medio de un charco de sangre, mientras los agresores huían en una motocicleta a toda velocidad por la calle empedrada.

Los disparos despertaron a los vecinos. Algunos salieron corriendo y alcanzaron a ver la motocicleta perderse en la oscuridad. Otros se acercaron al cuerpo del edil, que yacía inmóvil frente al portón de su vivienda.

Minutos después, familiares del alcalde salieron a la calle tras escuchar las detonaciones. Lo encontraron tirado. En un video grabado cerca del lugar —difundido en redes sociales— se escucha la voz desgarrada de una mujer que llora desesperadamente y grita el nombre de su padre.

Elementos de la Policía Municipal de Pisaflores fueron los primeros en llegar. Confirmaron que la víctima era el propio alcalde. Más tarde, agentes de Seguridad Pública estatal y de la Policía de Investigación desplegaron un operativo en los caminos que conectan con la sierra, en busca de los responsables. Hasta esta madrugada, no se reportan detenciones.

El asesinato ocurrió tres horas después de que el alcalde difundiera un video oficial en redes sociales, donde informaba sobre los daños provocados por las lluvias recientes en el municipio.

En un breve comunicado, el Partido Verde Ecologista de México condenó el crimen y exigió justicia.

Pisaflores se ubica a unos 200 kilómetros al norte de Pachuca, en los límites con San Luis Potosí. El sitio permanecía esta madrugada bajo resguardo policiaco, mientras peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo recogían los casquillos y tomaban fotografías del lugar.

Las luces rojas y azules de las patrullas se reflejaban sobre las paredes húmedas de las casas. En el aire aún flotaba el olor a pólvora.
Los vecinos, en voz baja, solo alcanzaban a decir: “Lo mataron aquí mismo, frente a su puerta..."